martes, 15 de abril de 2008

LA CARA ESCONDIDA DE BORBUR


Por la ruta que va para Puerto Boyacá, después de 2 horas de viaje partiendo desde Chiquinquirá se encuentra este maravilloso municipio, rodeado de una naturaleza exhuberante. Su temperatura que oscila entre los 23 y 28º C. me recordó lo que se siente estar en tierra caliente.
El bus me dejó en la plaza principal ya que están pequeño el pueblito que no cuenta con terminal de transportes, pero si permite visualizar una agradable iglesia, la única que existe, pero de gran acogida, aquel día que visite el municipio era domingo, y por lo que pude darme cuenta era un tipico día de mercado, en el cual todos los habitantes urbanos y rurales llegan a darse una vuelta y tomarse un refresco.

Lo primero que hice al llegar, fue visitar la iglesia; claro esta, después de tomar un refresco, observe la forma como la gente rezaba, era de manera apasionante y con mucho fervor; se nota que es un pueblito catolico, el cual tiene sus costumbres muy arraigadas; después observe a unos niños jugando en el parque principal, en donde como todo pueblo se encuentran ubicados el palacio municipal, la registraduria civil, la iglesia y la casa cural.

Aunque no debia descuidar mi objetivo principal, por un lado me llamaba la atención conocer la historia de la que todo el mundo hablaba, el origen mitologico de las esmeraldas y por el otro la vida de las personas que se dedican a este trabajo, lo que quería saber realmente era que habia detrás de las piedras preciosas más llamativas y costosas.


Indague en el palacio municipal y un concejal se ofrecio a darme un breve recorrido, primero fuimos a una hora de camino por carretera destapada pero en buen estado y nos encontramos con dos cerros hermosos que me impactaron de manera especial.


Una habitante de una casita cercana llamada Olga Marina, muy amable me conto la historia; en el principio de la creación existia un dios llamado Aré, el cual fue el fundador del pueblo, este le dió vida a dos seres llamados Fura(mujer) y Tena (hombre), ellos se encargarian de poblar la región, la única regla que tenían que cumplir era no ser infieles, y sorprendida con la historia.... adivinen que paso, ellos eran felices pero..... como siempre no falta el que llegue a acabar con la felicidad.


Un hombre de tierras lejanas, llamado Zarbí, llegó en busca de una flor la cual curaba todos las enfermedades, Fura al ver que este hombre vagaba y no encontraba nada se ofreció muy amablemente a acompañarlo, y como dicen por ahí la ocasión hace al ladrón, Fura terminó cediendo a los encantos de Zarbí. La conciencia no dejo tranquila a Fura, ella empezó a envejecer rápidamente y Tena se dió cuenta de lo ocurrido, se vengó, y después en los brazos de su amada se suicidó. Fura lloró desconsoladamente, pero con esto no pudó librarse del castigo del dios Aré, el cual los convirtió en dos inmensas rocas, separadas por la sangre de Zarbí, llamado el río minero. Ahhh... se me olvidó contar como nacen las esmeraldas, y es fácil estas provienen de todas las lagrimas derramadas por Fura.


Que les pareció, al terminar la señora Olga, le agradeci su atención y me despedí, nos dirigimos a las minas de esmeraldas, existen dos: Peñas Blancas y Coscuez, mi guía me llevó a la segunda, pero en el camino nos encontramos con algo espectacular, se trataba de una cueva en la cual hay un nacimiento de agua subterráneo con aguas cristalinas, llegando a la mina los paisajes son algo indescriptibles, la tranquilidad que brinda la naturaleza y la diversidad de aves que se pueden observar, entre a un túnel y me di cuenta como es el proceso de búsqueda y recolección de las esmeraldas, intercambie palabras con los mineros, y me contaron a cerca del mismo, con lo cual llegue a la gran conclusión "que nadie sabe que se enconde detrás de esa hermosa piedra".

Fotografías: Libia M. Lancheros




















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